Patato
To y van hecho
Lil Rodríguez
mailto:lilrodriguez@cantv.net
Es ahora cuando los músicos, sobre todo los percusionistas, comienzan a despertar del dolor producido por la noticia del fallecimiento de Carlos Patato Valdés, y muchos colegas comienzan a divulgar datos acerca de su vida y obra.Complementemos, entonces, lo que ya escribimos el pasado jueves anunciando a los venezolanos ese luto.Nuestro colega Jaime Torres desde Puerto Rico recogió algunas impresiones: Giovanni Hidalgo: "... Llorando, Hidalgo recordó que la noche de su presentación en Modesto, California, Patato le dijo que no podía respirar.Giovanni lo ayudó a ordenar sus maletas para que viajara a Nueva York, pero su condición empeoró a bordo del avión. "Soy asmático y, gracias a Dios, mi condición no es crónica. Pero al verlo así le dije que no tenía la `pompa’, pero sí un polvo que se inhala que ayuda a expandir los bronquios y a botar la flema. Lo usó y estuvo mejor. Y nos fuimos, pero después el avión en que iba tuvo que aterrizar de emergencia", recordó Giovanni, muy afectado por la noticia del deceso del precursor de la "afinación melódica" de las congas. Lo describió como "un campeón y un rey" de un estilo inigualable y a quien quiso como a un padre.Luis Perico Ortiz: "Es uno de los íconos más importantes del género afrocaribeño.Le decíamos el hablador, porque fue uno de los primeros timberos que acompañaba con el arreglo musical. Después lo hizo Ray Barretto, pero Patato fue el primero".Israel Cachao López: "Cachao" señaló que Patato fue una gloria de Cuba que puso en el alto la cultura de la Antilla mayor en los escenarios del mundo. "Debemos orar por el descanso de su alma. Es lo que podemos hacer en este momento de tristeza".Larry Harlow: el Judío Maravilloso lo recordará como uno de los grandes congueros de Cuba y como un innovador de la música afrocubana. "Todos sabemos que Patato no cuidaba su salud. "Toda la gente sabe cómo vivía... Fumaba y bebía mucho. Ése era su estilo. Era su decisión".Ángel Cachete Maldonado: al miembro fundador de Batacumbele y director de Los Majaderos lo embargó el sentimiento al reaccionar a la noticia. "Fue un ser único en mi vida. Son tantos recuerdos inolvidables y tanto lo que tengo que agradecerle.Recuerdo cuando apenas yo comenzaba y Carlos estaba arriba, y me enseñó cómo se afinaban las tumbadoras... Siempre lo llevaré en mi corazón, en mis pensamientos.Por estas líneas quiero expresarle mi afecto cariñoso a (su viuda) Julia Valdés y unirme al dolor de su familia. Siempre te recordaré, mi maestro", manifestó Maldonado.Su promotor: de acuerdo con el promotor de Nueva York, Jessie Ramírez, que arregló las giras para el percusionista y era un amigo íntimo de Patato, el martes por la noche una enfermera informó que Patato se quitó todos los aparatos que lo mantenían con vida, levantó sus brazos hacia lo alto, y al bajarlos murió, balbuceando algo que la enfermera entendió como "¡Go!’’. Dice Ramírez que fue una invocación al dios yoruba Shangó, prominente en la religión Lucumí, conocida como santería. En el calendario católico, el martes era el día de Santa Bárbara, sincrético de Shangó.Diego Manrique (El País): "Carlos Valdés había nacido el 4 de noviembre de 1926, en el barrio habanero de Los Sitios, en una familia muy santera y muy musical: su padre fue tresero de Los Apaches, el germen portuario de dos ilustres agrupaciones soneras: el Sexteto Habanero y el Sexteto Nacional. Aprendió a tocar el tres y la botijuela antes de inclinarse por la percusión, primero en los cajones y finalmente en las congas. Formado en reuniones de rumberos y en comparsas de carnaval, Valdés se profesionalizó a principios de los años 40, tras probar suerte como boxeador y bailarín. Tocó con el Conjunto Kubavana, la Sonora Matancera o el Conjunto Casino. Acumuló apodos: Zumbito (por sus actuaciones en el Zombie Club), Pingüino (por un baile que hacía en televisión) y Patato (por su pequeño tamaño).En 1954, emigró a Nueva York, como sus amigos del cuero: Cándido Camero, Armando Peraza, Mongo Santamaría y el pionero Chano Pozo (asesinado allí en 1948. En 1956, Patato apareció en la película Y Dios creó a la mujer, enseñando los bailes de su tierra a Brigitte Bardot).Músico flexible, Valdés sonaba tan cómodo tocando con la big band de Machito como con el grupo de Herbie Mann. Sin embargo, se sentía en deuda con la "rumba de solar" y en 1968 grabó un disco revolucionario con su amigo Eugenio Arango, alias Totico. El arrollador Patato & Totico tenía genuino sabor habanero, pero enriquecía la instrumentación básica de percusión con el contrabajo de Cachao y el tres de Arsenio Rodríguez.Patato amplió las posibilidades creativas de los percusionistas, al tocar con tres o más congas. También facilitó su vida al desarrollar una conga afinable: harto del método tradicional (calentar el cuero sobre fuego), instaló un aro metálico y unas llaves para tensar. La empresa LP fabricó en serie su modelo, que se convertiría en el estándar de los congueros. Para promocionarlo, se formó el Latin Percusión Jazz Ensemble, que terminaría siendo absorbido por Tito Puente. Aunque en los 70 tocó ocasionalmente con salseros, Patato prefería la libertad del territorio del latin jazz. Colaboró largo tiempo con el pianista argentino Jorge Dalto y con Alfredo Rodríguez, cubano afincado en París. El sello alemán Messidor financiaría felices reuniones con Mario Bauzá o Bebo Valdés, con el que luego grabaría el famoso El arte del sabor.Ya reconocido como leyenda, Patato se hizo más visible en los últimos 25 años: tuvo su propia banda, Afrojazzia, aunque resultó más popular la formación The Conga Kings, con Cándido y Giovanni Hidalgo. Incluso llegó a colarse en las modernas pistas de bailes, con una remezcla de San Francisco tiene su propio son. Precisamente, volvía el 18 de noviembre de tocar en California con los Conga Kings cuando comenzó a fallarle la respiración. Según sus familiares, resistió hasta el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, equivalente en el santoral afrocubano a Shangó, cuando se quitó los cables y tubos que le mantenían con vida".Invocando a sus mayores se marchó un Mayor...
Es ahora cuando los músicos, sobre todo los percusionistas, comienzan a despertar del dolor producido por la noticia del fallecimiento de Carlos Patato Valdés, y muchos colegas comienzan a divulgar datos acerca de su vida y obra.Complementemos, entonces, lo que ya escribimos el pasado jueves anunciando a los venezolanos ese luto.Nuestro colega Jaime Torres desde Puerto Rico recogió algunas impresiones: Giovanni Hidalgo: "... Llorando, Hidalgo recordó que la noche de su presentación en Modesto, California, Patato le dijo que no podía respirar.Giovanni lo ayudó a ordenar sus maletas para que viajara a Nueva York, pero su condición empeoró a bordo del avión. "Soy asmático y, gracias a Dios, mi condición no es crónica. Pero al verlo así le dije que no tenía la `pompa’, pero sí un polvo que se inhala que ayuda a expandir los bronquios y a botar la flema. Lo usó y estuvo mejor. Y nos fuimos, pero después el avión en que iba tuvo que aterrizar de emergencia", recordó Giovanni, muy afectado por la noticia del deceso del precursor de la "afinación melódica" de las congas. Lo describió como "un campeón y un rey" de un estilo inigualable y a quien quiso como a un padre.Luis Perico Ortiz: "Es uno de los íconos más importantes del género afrocaribeño.Le decíamos el hablador, porque fue uno de los primeros timberos que acompañaba con el arreglo musical. Después lo hizo Ray Barretto, pero Patato fue el primero".Israel Cachao López: "Cachao" señaló que Patato fue una gloria de Cuba que puso en el alto la cultura de la Antilla mayor en los escenarios del mundo. "Debemos orar por el descanso de su alma. Es lo que podemos hacer en este momento de tristeza".Larry Harlow: el Judío Maravilloso lo recordará como uno de los grandes congueros de Cuba y como un innovador de la música afrocubana. "Todos sabemos que Patato no cuidaba su salud. "Toda la gente sabe cómo vivía... Fumaba y bebía mucho. Ése era su estilo. Era su decisión".Ángel Cachete Maldonado: al miembro fundador de Batacumbele y director de Los Majaderos lo embargó el sentimiento al reaccionar a la noticia. "Fue un ser único en mi vida. Son tantos recuerdos inolvidables y tanto lo que tengo que agradecerle.Recuerdo cuando apenas yo comenzaba y Carlos estaba arriba, y me enseñó cómo se afinaban las tumbadoras... Siempre lo llevaré en mi corazón, en mis pensamientos.Por estas líneas quiero expresarle mi afecto cariñoso a (su viuda) Julia Valdés y unirme al dolor de su familia. Siempre te recordaré, mi maestro", manifestó Maldonado.Su promotor: de acuerdo con el promotor de Nueva York, Jessie Ramírez, que arregló las giras para el percusionista y era un amigo íntimo de Patato, el martes por la noche una enfermera informó que Patato se quitó todos los aparatos que lo mantenían con vida, levantó sus brazos hacia lo alto, y al bajarlos murió, balbuceando algo que la enfermera entendió como "¡Go!’’. Dice Ramírez que fue una invocación al dios yoruba Shangó, prominente en la religión Lucumí, conocida como santería. En el calendario católico, el martes era el día de Santa Bárbara, sincrético de Shangó.Diego Manrique (El País): "Carlos Valdés había nacido el 4 de noviembre de 1926, en el barrio habanero de Los Sitios, en una familia muy santera y muy musical: su padre fue tresero de Los Apaches, el germen portuario de dos ilustres agrupaciones soneras: el Sexteto Habanero y el Sexteto Nacional. Aprendió a tocar el tres y la botijuela antes de inclinarse por la percusión, primero en los cajones y finalmente en las congas. Formado en reuniones de rumberos y en comparsas de carnaval, Valdés se profesionalizó a principios de los años 40, tras probar suerte como boxeador y bailarín. Tocó con el Conjunto Kubavana, la Sonora Matancera o el Conjunto Casino. Acumuló apodos: Zumbito (por sus actuaciones en el Zombie Club), Pingüino (por un baile que hacía en televisión) y Patato (por su pequeño tamaño).En 1954, emigró a Nueva York, como sus amigos del cuero: Cándido Camero, Armando Peraza, Mongo Santamaría y el pionero Chano Pozo (asesinado allí en 1948. En 1956, Patato apareció en la película Y Dios creó a la mujer, enseñando los bailes de su tierra a Brigitte Bardot).Músico flexible, Valdés sonaba tan cómodo tocando con la big band de Machito como con el grupo de Herbie Mann. Sin embargo, se sentía en deuda con la "rumba de solar" y en 1968 grabó un disco revolucionario con su amigo Eugenio Arango, alias Totico. El arrollador Patato & Totico tenía genuino sabor habanero, pero enriquecía la instrumentación básica de percusión con el contrabajo de Cachao y el tres de Arsenio Rodríguez.Patato amplió las posibilidades creativas de los percusionistas, al tocar con tres o más congas. También facilitó su vida al desarrollar una conga afinable: harto del método tradicional (calentar el cuero sobre fuego), instaló un aro metálico y unas llaves para tensar. La empresa LP fabricó en serie su modelo, que se convertiría en el estándar de los congueros. Para promocionarlo, se formó el Latin Percusión Jazz Ensemble, que terminaría siendo absorbido por Tito Puente. Aunque en los 70 tocó ocasionalmente con salseros, Patato prefería la libertad del territorio del latin jazz. Colaboró largo tiempo con el pianista argentino Jorge Dalto y con Alfredo Rodríguez, cubano afincado en París. El sello alemán Messidor financiaría felices reuniones con Mario Bauzá o Bebo Valdés, con el que luego grabaría el famoso El arte del sabor.Ya reconocido como leyenda, Patato se hizo más visible en los últimos 25 años: tuvo su propia banda, Afrojazzia, aunque resultó más popular la formación The Conga Kings, con Cándido y Giovanni Hidalgo. Incluso llegó a colarse en las modernas pistas de bailes, con una remezcla de San Francisco tiene su propio son. Precisamente, volvía el 18 de noviembre de tocar en California con los Conga Kings cuando comenzó a fallarle la respiración. Según sus familiares, resistió hasta el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, equivalente en el santoral afrocubano a Shangó, cuando se quitó los cables y tubos que le mantenían con vida".Invocando a sus mayores se marchó un Mayor...